De los libros a la práctica
¡Querido amigo!
¡No acumules más conocimientos!,
este saber mundano no tiene valor.
Todo lo que necesitas saber es alif (Uno).
La vida es efímera, su final incierto,
escúchame bien:
No acumules más conocimiento, ¡querido amigo!
(…) Todo alrededor es luz,
pero dentro de ti solo hay tinieblas.
Sin una guía, no puede haber conocimiento:
No acumules más conocimiento, ¡querido amigo!
Bulleh Shah
Muchos emplean una vida entera estudiando libros sagrados y comentándolos, estudiando obras de ética, teología y filosofía, con la esperanza de encontrar una respuesta espiritual. Se mantienen largas discusiones y debates con el mismo fin. Pero nada de provecho sale de todo esto. Sarmad, en las etapas tempranas de su búsqueda, estudió un sinfín de escrituras, y fue justamente su erudición lo que atrajo la atención de Dara, heredero legítimo al trono de Delhi. Pero Sarmad sabía que los seres humanos ansían algo que no puede encontrarse en la lectura de libros (…)
Esa es en realidad la opinión de todos los santos. Los libros tienen su utilidad solo como una referencia. El verdadero viaje espiritual lo debe realizar cada individuo por sí mismo y según las instrucciones de un maestro.Los libros no pueden hacer el viaje por nosotros.
Se han escrito muchos libros sobre música
instrumental como la vina, la guitarra o la flauta.
Pero nadie se hace músico leyendo estos libros.
Similarmente, la espiritualidad no se puede adquirir
sin la requerida práctica
y sin la guía de un maestro vivo.
M. Sawan Singh
Los Vedas, Shastras y los dieciocho Puranas,
concluyen al unísono:
Entrégate decididamente a Dios,
y con verdadera fe repite su Nombre continuamente.
Tukaram
No es a través del conocimiento de la anatomía
ni por el estudio de la lógica;
ni aprendiendo música,
ni a través de los diferentes yogas,
ni convirtiéndote en asceta;
solo a través de la compañía de los santos
puedes obtener la dicha.
Sarmath Ramdas
Se dice que el Rey Janak, buscador de Dios, en una ocasión invitó a eruditos a su corte para hablar juntos sobre la naturaleza y atributos de Dios y de cómo verle. Todos los eruditos y filósofos se reunieron y debatieron largas horas durante varios días, cada cual presumiendo de sus conocimientos y rebatiendo a los demás, no tolerando opiniones adversas con mezquindad y demagogia.
Así que el rey terminó desanimado por no haber encontrado una respuesta, hasta que un maestro acudió a la corte. Aparentaba todo menos ser erudito, y la gran asamblea se burló cuando se dispuso a enseñarle al rey la realidad. Le pidió que se sentara en el suelo con las piernas cruzadas. Entonces, conectó su consciencia con el Verbo, y el alma del rey, ávida de Dios, despertó al mundo espiritual. Luego su alma fue traída de vuelta. El rey Janak quedó, entonces, complacido. Los debates y lectura de libros no nos conducen hacia el viaje espiritual superior:
Ni siquiera una vida entera sería suficiente para entender todos los Shastras, y al final solo serviría para intensificar la enfermedad de la duda y la suspicacia.
Samarth Ramdas
Esto no quiere decir que no debamos de leer libros sagrados. Su lectura es útil. Dan detalle del camino, las dificultades que hay que encarar, las vicisitudes que encontraremos, la lucha contra las pasiones que hay que mantener. Pero los libros de por sí no eliminan el mal, simplemente nos advierten de él. No despejan los obstáculos, tenemos que enfrentarnos a ellos por nosotros mismos. No luchan contra nuestras pasiones, las tenemos que conquistar. Los libros nos hablan de la existencia de Dios, pero no nos llevan hasta él. Nos comentan la necesidad de un maestro, pero tenemos que buscarle personalmente. Nos comunican cuán importante es el Verbo, pero no nos conectan a él. No nos acompañan a lo largo del viaje, esto les corresponde a los maestros. Los libros despiertan nuestro interés, puede que limpien nuestra mente puntualmente e inspiren emociones positivas, pero nada más.
Lo que pensaron los santos quedó recogido en los libros sagrados, pero la Verdad no se puede conocer simplemente leyéndolos. Hay que realizarla a través de la meditación.
M. Sawan Singh
Extractos del libro, Sarmad: Martyr to Love Divine