Sin renunciar al equilibrio
Nada terrenal tiene éxito si se ignora el cielo,
y nada celestial tiene éxito si se ignora la tierra.
Marco Aurelio. Meditaciones
Había un sevadar que realizaba su seva con gran eficiencia y dedicación. Pronto destacó su actitud hacia el seva. Un día, otro grupo de sevadares le preguntó si podía realizar un seva adicional con su equipo. Creyendo que nunca hay que decir “no” al seva, aceptó. Con el tiempo, el responsable de su equipo le pidió que trabajara en un nuevo proyecto, y el sevadar también aceptó esta tarea. Estaba seguro de que si el maestro le había encomendado el seva, también le daría la capacidad para llevarlo a cabo. Se deshizo de las distracciones y mejoró su capacidad de gestionar el tiempo, y pronto logró equilibrar las tres tareas, realizando un trabajo excelente.
Entonces, se le propuso una cuarta responsabilidad. El sevadar respondió calmadamente: “Por supuesto” y la aceptó con humildad. Sin embargo, a medida que asumía más tareas, su tiempo se reducía y comenzó a comprometer su práctica de meditación. Algunos días lograba dedicar tiempo a la meditación, pero otros, utilizaba ese tiempo para completar su seva físico.
Finalmente, el líder de su equipo le solicitó ayuda con una tarea compleja. Aunque en el fondo de su corazón sabía que ya no tenía la capacidad para asumir más responsabilidades, se sentía incapaz de decir “no” al seva. Esta solicitud resultó ser la gota que colmó el vaso. Estaba completamente abrumado y no realizaba ninguna de las cinco tareas de forma correcta. Descuidó tanto su práctica de meditación como sus responsabilidades familiares y laborales. Al final, perdió el equilibrio y nadie estaba satisfecho con él, ni en su hogar, ni en el trabajo, ni en el seva.
Algunos de nosotros cometemos el error de llevar nuestro seva al extremo, a costa de la meditación y el trabajo mundano. También podemos tener la idea errónea de que nunca hay que decir “no” al seva. Hay circunstancias en las que puede ser prudente decir “no” al seva. Si no tenemos la salud o el tiempo necesarios, o si el seva va en detrimento de nuestro trabajo o de la armonía familiar, entonces debemos decir “no” en lugar de excedernos y arriesgarnos a perder el equilibrio.
Hazur Maharaj Ji dice en el libro Legacy of love:
Hay que mantener el equilibrio en la vida… Hay que cumplir con ciertas responsabilidades y deberes en la vida y, al mismo tiempo, meditar. Tienes que mantener el equilibrio.
Una vida equilibrada significa que nos dedicamos a todas nuestras responsabilidades, tanto mundanas como espirituales. También significa que debemos tomarnos un tiempo para relajarnos; de lo contrario, la vida se volvería muy aburrida y rutinaria. Cuando la mente se ve completamente reprimida y carece de tiempo para relajarse, reacciona negativamente. Cada vez que cruzamos la línea y empezamos a desequilibrarnos, nuestra propia conciencia nos advierte. Siempre debemos escuchar esa voz interior y nunca ignorarla. Al renunciar al control, renunciamos también al equilibrio.
Hazur Maharaj Ji dice en el libro Perspectivas espirituales, vol. II:
… En todo lo que hagamos, no perdamos de vista nuestro objetivo, nuestro propósito… Podemos trabajar en este mundo, vivir y disfrutar en él, pero nunca debemos olvidar nuestra meta, ni abandonar el sendero que tenemos que recorrer para llegar a ella.
Sant Mat es un camino de equilibrio. Los místicos nos dicen que la liberación no se encuentra ni en la indulgencia ni en la renuncia, sino en el camino entre ambas. Buda se refirió a esto como el Camino Medio. Kabir Sahib abogó por el camino de la moderación en su peculiar estilo metafórico.
Los sevadares se enfrentan al reto de mantener el equilibrio en tres cosas: la meditación, la vida mundana y el seva. Mantener un equilibrio no significa dedicar el mismo tiempo y prioridad a cada una. La meditación es claramente nuestra prioridad número uno. También tenemos que hacer justicia a nuestra vida mundana, que incluye ganarnos la vida honradamente; cumplir con las responsabilidades para con la familia, los amigos y la comunidad; cuidar de nuestra salud y, ocasionalmente, disfrutar de actividades de ocio. El seva físico tiene un valor inconmensurable, pero es algo extra que hacemos sin comprometer la meditación y los compromisos mundanos.
Extractos del libro: Seva