Servir a través de la meditación
En cierta ocasión, alguien le comentó a Hazur Maharaj Ji que él era consciente de su amor por el maestro, pero al tiempo se preguntaba cómo es el amor del maestro hacia sus discípulos. Hazur le contestó que el amor que el discípulo siente por el maestro es en realidad el amor que el maestro proyecta desde su propio corazón. Si no fuera así, no sentiríamos nada por el maestro. En otras palabras, el amor es un regalo interior del maestro y crece con la capacidad del discípulo de absorberlo a través de la meditación.
Sar bachan poesía. (Prólogo)
El Gran Maestro escribió “El servicio puede ser de cuatro tipos: del cuerpo, de la mente, de la riqueza y del alma. De ellos, el servicio del alma es el mejor”. La meditación es el servicio del alma.
Si comprendiésemos que la meditación es una forma de servicio, una forma de seva, quizás seríamos capaces de olvidar cualquier idea de querer “obtener” alguna cosa de ella. Como cualquier otro seva, la meditación es una oportunidad de servicio desinteresado, un servicio que se realiza voluntariamente con un espíritu de amor y sin ninguna expectativa de recompensa. Si enfocamos la meditación de esta manera, la idea de obtener resultados carece de sentido. Y eso nos ayudará a experimentar la práctica de la meditación como algo completamente gratificante.
Le preguntaron al maestro actual: ¿Qué significa para ti la meditación?
Contestó: Para mí, la meditación significa mi maestro. Si hago lo que mi maestro me ha pedido que haga, y si le estoy complaciendo, entonces, ¿qué más puedo desear?
Si abordamos la meditación no como una forma para obtener la iluminación, sino solo como una forma de servir y complacer al maestro que tanto nos ha dado, nos resultará más fácil disfrutarla. Estaremos en el estado de consciencia adecuado para dejarnos ir.
Cuando finalmente dejemos de conceptualizar hacia dónde se supone que debe llevarnos la meditación, podremos abrir nuestras mentes y corazones a lo que es. No lo que pensamos, no lo que creemos, no lo que deseamos, sino lo que simplemente es.
Y entonces, muy probablemente, veremos más allá de los muros de la prisión de los conceptos e ilusiones donde hemos estado atrapados durante tanto tiempo.
Una llamada al despertar