Si meditamos…
Yo duermo,
pero mi corazón vigila.
Cantar de los Cantares. Salomón 5:2
Tenemos que intentar afrontar los problemas del día a día recordando nuestro objetivo final, recordando el sendero. Nuestros problemas los creamos nosotros. Puede que no los estemos creando en este momento, pero los hemos creado en el pasado. Hemos plantado las semillas y ahora estamos aquí para afrontar los resultados de esa siembra. Ya que los hemos creado, tenemos que intentar pasarlos con amor y alegría.
Si meditamos, creamos una atmósfera a nuestro alrededor, una atmósfera de dicha, felicidad y contento. Entonces somos capaces de afrontar los altibajos del mundo sin perder nuestro equilibrio. Pero si no llevamos con nosotros esa atmósfera de meditación, entonces es natural que nos sintamos confusos.
Por eso los santos nos aconsejan que intentemos meditar por la mañana. La mañana no es el único momento para meditar. Se puede meditar a cualquier hora, aunque la mañana tiene ciertas ventajas. La ventaja principal es que la atmósfera que creamos en la meditación nos ayuda a enfrentarnos a los altibajos de todo el día. Luego, normalmente no perdemos el equilibrio porque tenemos con nosotros esa atmósfera de dicha y felicidad que nosotros mismos hemos creado en las horas de la mañana. Así pues, si estamos rodeados de esa atmósfera, no nos será difícil afrontar estos problemas.
M. Charan Singh. Perspectivas espirituales, vol. II